Apple presentó este pasado mes de octubre el Magic Mouse para alegría de muchos usuarios que no estaban nada contentos con la anterior generación del ratón de Apple, el Mighty Mouse. Yo aun lo tengo y lo uso tengo la version de cable y sin 🙂 

Posiblemente y con permiso del iMac de 27 pulgadas, estas pasadas Navidades este ha sido el periférico que más se ha vendido de toda la gama de productos de Apple. El frenético impulso de compra que ha causado ha motivado que resulte en muchos casos difícil de encontrar y en algunos proveedores autorizados incluso haya (y es posible que todavía esté vigente) una lista de pedidos que se sirven por absoluto y riguroso orden de solicitud.

Sin embargo, entre los usuarios que ya disponen del ratón de Apple, las opiniones son mixtas, y en general, hay una sensación de que el ratón de Apple podría haber sido mucho más de lo que es y sobre todo, el software del ratón necesita una importante remodelación para dar cabida a muchos mas gestos y posibilidades.

Especialmente, las quejas de todos los usuarios están sobre todo dirigidas a la incapacidad del Mighty Mouse de invocar Exposé y Dashboard. Estas dos opciones incluidas ya en Mac OS X Leopard son una de las ventanas diferenciales del sistema operativo de Apple y con la anterior generación del ratón de Cupertino al menos era posible configurar el ratón para que una de las dos aplicaciones pudiera utilizarse sin la necesidad de usar un atajo de teclado.

El problema de todo esto radica, claro está, en el software. A pesar de que diferentes desarrolladores han intentado suplir las carencias del driver de Apple con diferentes aplicaciones (algunas gratuitas, otras de pago y otras adaptadas del trackpad) es un hecho relevante que tras unos pocos minutos de uso del Magic Mouse uno puede percatarse de que al ratón de Apple le falta pegada, y que sobre todo, los diseñadores del interfaz táctil han hecho un trabajo muy pobre con el driver y sobre todo, no han sido capaces de probar su mismo software para darse cuenta por ejemplo de que el gesto con dos dedos a izquierda-derecha para desplazarse es absolutamente antiergonómico ya que nuestros dedos (y sobre todo, cuando son dos trabajando simultáneamente) no están diseñados para este tipo de desplazamiento.

Cualquier usuario de ratones Microsoft o Logitech pueden disfrutar de un completísimo driver que permite ajustar muchas opciones a los diferentes botones de cada uno de sus modelos además de ofrecer perfiles por aplicación, y Apple, que ofrece un ratón sin botones, tiene la posibilidad de batirlos en cada una de estas opciones multiplicando los posibles gestos para que cada uno de ellos pudiera adaptarse a la solicitud de una acción por parte del usuario.

Pero Cupertino no ha sido capaz (o no han querido) aprovechar las capacidades de este nuevo ratón, que pese a ser una excepcional pieza de tecnología, resulta poco apto para un uso profesional e intensivo.

Solo hace falta pasar un rato con el ratón para darse cuenta que si lo pones en horizontal, con el dedo gordo puedes (podrías) trabajar con el como si fuera un Trackball, o que simplemente usando los dedos con el gesto patinador (un dedo adelante, el otro atrás) se podrían haber solucionado muy fácilmente el acceso a Exposé. Incluso Cupertino podría haber definido una zona trasera y una delantera de forma horizontal para poder realizar tareas mas complejas al poner un dedo en cada una de ellas. Las opciones son tantas, y sobre todo tan relativamente sencillas de llevar a la práctica que resulta incomprensible como el equipo de desarrollo del driver solo ha dejado opciones tan básicas que permiten un uso tan limitado del ratón.

¿Que Apple actualizará el driver para ofrecer mas opciones? Es una posibilidad, pero poco probable a corto plazo y muy posiblemente, a medio plazo también. Cupertino ha desarrollado un ratón capaz de dejar con la boca abierta a todo el mundo y desplazar por una vez a las vacas sagradas de este periférico, pudiendo incluso ampliar su mercado al segmento de Windows, con un Caballo de Troya tan efectivo como ha sido el iPod que ha abierto la puerta a muchos Switchers que han acabado saltando al mundo de los ordenadores de Apple.

Pero incomprensiblemente no lo ha hecho bien.

Apple presentó este pasado mes de octubre el Magic Mouse para alegría de muchos usuarios que no estaban nada contentos con la anterior generación del ratón de Apple, el Mighty Mouse.

Posiblemente y con permiso del iMac de 27 pulgadas, estas pasadas Navidades este ha sido el periférico que más se ha vendido de toda la gama de productos de Apple. El frenético impulso de compra que ha causado ha motivado que resulte en muchos casos difícil de encontrar y en algunos proveedores autorizados incluso haya (y es posible que todavía esté vigente) una lista de pedidos que se sirven por absoluto y riguroso orden de solicitud.

Sin embargo, entre los usuarios que ya disponen del ratón de Apple, las opiniones son mixtas, y en general, hay una sensación de que el ratón de Apple podría haber sido mucho más de lo que es y sobre todo, el software del ratón necesita una importante remodelación para dar cabida a muchos mas gestos y posibilidades.

Especialmente, las quejas de todos los usuarios están sobre todo dirigidas a la incapacidad del Mighty Mouse de invocar Exposé y Dashboard. Estas dos opciones incluidas ya en Mac OS X Leopard son una de las ventanas diferenciales del sistema operativo de Apple y con la anterior generación del ratón de Cupertino al menos era posible configurar el ratón para que una de las dos aplicaciones pudiera utilizarse sin la necesidad de usar un atajo de teclado.

El problema de todo esto radica, claro está, en el software. A pesar de que diferentes desarrolladores han intentado suplir las carencias del driver de Apple con diferentes aplicaciones (algunas gratuitas, otras de pago y otras adaptadas del trackpad) es un hecho relevante que tras unos pocos minutos de uso del Magic Mouse uno puede percatarse de que al ratón de Apple le falta pegada, y que sobre todo, los diseñadores del interfaz táctil han hecho un trabajo muy pobre con el driver y sobre todo, no han sido capaces de probar su mismo software para darse cuenta por ejemplo de que el gesto con dos dedos a izquierda-derecha para desplazarse es absolutamente antiergonómico ya que nuestros dedos (y sobre todo, cuando son dos trabajando simultáneamente) no están diseñados para este tipo de desplazamiento.

Cualquier usuario de ratones Microsoft o Logitech pueden disfrutar de un completísimo driver que permite ajustar muchas opciones a los diferentes botones de cada uno de sus modelos además de ofrecer perfiles por aplicación, y Apple, que ofrece un ratón sin botones, tiene la posibilidad de batirlos en cada una de estas opciones multiplicando los posibles gestos para que cada uno de ellos pudiera adaptarse a la solicitud de una acción por parte del usuario.

Pero Cupertino no ha sido capaz (o no han querido) aprovechar las capacidades de este nuevo ratón, que pese a ser una excepcional pieza de tecnología, resulta poco apto para un uso profesional e intensivo.

Solo hace falta pasar un rato con el ratón para darse cuenta que si lo pones en horizontal, con el dedo gordo puedes (podrías) trabajar con el como si fuera un Trackball, o que simplemente usando los dedos con el gesto patinador (un dedo adelante, el otro atrás) se podrían haber solucionado muy fácilmente el acceso a Exposé. Incluso Cupertino podría haber definido una zona trasera y una delantera de forma horizontal para poder realizar tareas mas complejas al poner un dedo en cada una de ellas. Las opciones son tantas, y sobre todo tan relativamente sencillas de llevar a la práctica que resulta incomprensible como el equipo de desarrollo del driver solo ha dejado opciones tan básicas que permiten un uso tan limitado del ratón.

¿Que Apple actualizará el driver para ofrecer mas opciones? Es una posibilidad, pero poco probable a corto plazo y muy posiblemente, a medio plazo también. Cupertino ha desarrollado un ratón capaz de dejar con la boca abierta a todo el mundo y desplazar por una vez a las vacas sagradas de este periférico, pudiendo incluso ampliar su mercado al segmento de Windows, con un Caballo de Troya tan efectivo como ha sido el iPod que ha abierto la puerta a muchos Switchers que han acabado saltando al mundo de los ordenadores de Apple.

Pero incomprensiblemente no lo ha hecho bien.